UNA CORRENTINA EN LA ARMADA
Nacida hace 28 años en la capital correntina, hace cinco que es parte de la Armada Argentina. Con una de sus hermanas emprendieron la aventura de ingresar, luego de que las motivara un vecino en su provincia, antiguo suboficial de la Fuerza. Hoy es Cabo Segundo Maquinista Control Averías y está destinada en la corbeta ARA “Granville” en Mar del Plata.
Yohana contó en primera persona cómo fue que una correntina ingresó a la Armada; “entré porque tengo vocación de servicio a la Patria, me gusta mi trabajo, lo que hago, y lo que aprendo. Me siento muy contenta de estar acá”.
Yohana Gisel Ramírez intentó ser policía como su papá Daniel Rafael, quien integra la Infantería en su provincia, pero terminó siguiendo el camino de su hermana que dejó todo por la Armada.
“Mi hermana fue la primera que entró, es sólo un año más antigua en jerarquía que yo. Seguí la misma especialidad en Máquinas. Ella se capacitó en Motores, y yo hice Control Averías. El año pasado estuvimos juntas de pase en la Base Naval Puerto Belgrano, y este año seguimos juntas en Mar del Plata aunque en destinos diferentes, yo estoy a bordo de la corbeta ARA “Granville”, que pertenece a la División de Patrullado Marítimo”, contó la joven correntina.
Un día habitual en navegación, los «Control Averías» del buque se encargan entre otras tareas de hacer reparaciones y mantenimiento de tuberías y se preparan para asumir los roles de Lucha contra Incendio. Hace muy poco que la Cabo Ramírez, se encuentra en esta corbeta y aseguró: “Los marinos más antiguos ayudan y enseñan a los más nuevos; en Máquinas somos dos mujeres y trabajamos a la par de los varones, lo importante es que somos un equipo”, enfatizó.
Le encanta navegar. Tuvo la oportunidad de viajar a Rosario y al sur, a Comodoro Rivadavia, el año pasado a bordo de otra corbeta de la Armada, la “Spiro”. Aún no hizo grandes viajes o comisiones, pero los espera ansiosa como poder visitar algún día la Antártida o realizar un viaje por el mundo en la fragata ARA “Libertad”.
“La Armada es para mí una oportunidad para crecer profesionalmente y como persona. Servir a la Patria es estar orgulloso de donde estamos, de servirla cuándo y dónde me necesite, de estar allí. A los jóvenes de Corrientes les diría que aprovechen esta oportunidad que les brinda la Armada”, destacó la joven.
Su cuñado también está en la Armada y es maquinista. De la existencia de la Armada Argentina se enteraron por parte de un suboficial de su provincia, vecino de su casa en Corrientes, hoy ya retirado de la Fuerza, quien les contaba todo sobre la Institución. Así un día, las hermanas Ramírez se acercaron a la Delegación Naval de Corrientes y allí les contaron en profundidad de qué se trataba la Armada.
“Cuando visitamos la delegación, nos mostraron videos, me llevé folletos y charlé mucho con las personas que estaban en la oficina”, contó Yohana. Al año siguiente en 2013 tomó el impulso para ingresar a la Escuela de Suboficiales de la Armada donde también recuerda a muchos correntinos en las filas de la instrucción y compañeros de promoción: “Nos juntamos mucho con los de mi provincia y nos ayudamos entre nosotros. Hice muchas amistades aquí no sólo de Corrientes, nunca imaginé conocer a tanta gente de otras provincias, mi novio inclusive es de Salta”, agregó.
El recuerdo más vívido de la escuela es el de aprender continuamente, sobre la vida naval y su especialidad. “Sentí muy fuerte el cambio del ámbito civil hacia el militar, pero me adapté y estoy muy orgullosa de estar acá, al igual que mi mamá está muy orgullosa de nosotras también”, dijo con una sonrisa. Su mamá se llama María Delia es ama de casa y lejos de su hogar, Yohana extraña el arroz con pollo, su comida preferida y que ella le cocina, como también el inigualable asado de su papá.
Yohana hizo la primaria en la escuela “Édgar Romero Maciel” y empezó la secundaria –aunque no la concluyó– en el regional Colegio Estrada. “Me gustaba mucho ir al gimnasio a hacer pesas y hacer deporte, y acá me hago el tiempo para continuar con esa actividad, me gusta verme bien como persona y mujer”. De Corrientes extraña mucho, además de su familia y las comidas típicas, sentarse en la costanera y disfrutar unos mates ahí.
“Somos 7 hermanos, 6 mujeres y un varón, pero las únicas que estamos lejos de Corrientes somos nosotras; con mi hermana somos muy unidas y nos apoyamos mutuamente, y siempre estamos volviendo a nuestra provincia o mi mamá viene a visitarnos”, concluyó.