OPINIÓN
“Todo tiempo pasado fue mejor” dice el dicho, argumentando en pocas palabras, que hay siempre una idealización sobre el ayer. En los aspectos políticos parece una especie de constante, la educación antes era mejor, docentes eran los de antes, los jóvenes eran más sanos, entre tantas otras frases que podríamos decir. Sumamos a lo anterior la palabra con la que nos solemos referir a algunos jóvenes que es adolescente, que quiere decir, carente o falta, en este caso de madurez para convertirse en adulto.
Que problema podemos tener, no solo falta madurez, sino que, además, siempre el sistema educativo actual será peor que el anterior. Esto llevaría a pensar que los jóvenes suelen vivir siempre en su nube y que pocas veces están al corriente de la situación o contexto.
Lo cierto es que la realidad demuestra otra cosa. A finales del año pasado en la ciudad de Resistencia se encuestaron a jóvenes que estaban en la edad entre los 16 y 17 años. La encuesta tenia como objetivo, explorar sobre los miembros que componen el famoso “voto joven”. El resultado de dicha experiencia es que los jóvenes están más permeados a los debates sociales, que se dividen casi en las mismas proporciones que el resto de la sociedad. En definitiva, son parte del mundo que les toca vivir, lo entienden y toman posiciones. Poco tienen de adolescentes retraídos.
Por caso, cuando se les pregunta a los jóvenes sobre líderes políticos a los cuales admira, Mauricio Macri y Cristina y Nestor Kirchner encabezan las listas (en ese orden), la completan algunos políticos como M. Stolbitzer, R. Alfonsín, V. Donda, J. Capitanich, en definitiva, líderes más que contemporáneos, fueron escasas la menciones a los proceres como Belgrano y San Martín.
En el único caso en que los jóvenes se muestran ampliamente diferente a los números del resto de la sociedad, es al respecto del matrimonio igualitario. El 70% de ellos se muestran a favor de este, cuando que la sociedad en su totalidad suele ser un poco más resistente a ello.
Con respecto a la despenalización de la marihuana, solo el 35% lo apoya, con respecto al aborto, el 55% se manifestó en contra de este. Inclusive muestran muy poco apoyo a la idea que el castellano es un lenguaje machista, lo cual es llamativo, siendo que el intento de hablar con la letra e, para sustituir la a y la o, provino de un conjunto de centro de estudiantes secundario en Buenos Aires.
En conclusión, nuestros jóvenes son tan parte de la sociedad como nosotros, ven la misma tele, y aunque no se crea en este 2019, escuchan la misma radio que nosotros. Sus formas novedosas de estar comunicados permiten que haya una mucha mayor circulación y variedad de información. Su manejo de redes sociales, para los mayores puede parecer frenético, pero lo cierto es que no solo saben cuáles son los debates de agenda social y político, sino que además tienen sus posiciones al respecto y en algunos casos, son activistas del proceso.
Las encuestas que arrojan que no solo en el aspecto político son bastante parecidos a los adultos, sino que también en la forma en que organizan su tiempo, y sus patrones de consumo que presenta algunas variedades. Dentro de estas diferencias, hay un claro retroceso del consumo de cigarrillo, pero las bebidas alcohólicas, siguen presentes.
El trabajo de campo sirvió para permearnos en el que está pasando, pero no así en por qué suceden de esta manera. Con el paso del tiempo y futuras experiencias tal vez haya avances por esas líneas. Pero los resultados obtenidos ya nos permiten hacer unas buenas reflexiones.
Francisco Mazzaro politólogo