El corona, algunos números
El coronavirus ha demostrado los increíbles efectos de la globalización. Estamos siendo testigos por medio del celular de lo sucedido en cualquier parte del mundo, desde Latinoamérica, hasta China, país donde inicio la pandemia.
Pero también la globalización nos ha demostrado la velocidad vertiginosa del transito humano. Aquel virus que parecía distante en China en enero, viajo gracias a los turistas asiáticos a Europa en febrero, y para marzo ya se registraban las primeras medidas y los primeros casos en varios países de Latinoamérica.
Ahora bien ¿Qué nos depara? ¿Hay algún país al que podríamos mirar para tratar de entender que nos podría pasar? La respuesta parece ser España. Pero claro que con ciertos recaudos y salvedades. Si tomamos como día 1 aquel en donde se llega por primera vez a los 100 casos positivos de coronavirus, Argentina habría llegado a ese día el 20 de marzo con 128 casos totales registrados, 3 días después el 23 de marzo Argentina registra 266 casos y España 259; Italia supera a ambos países con 453 casos para el día 3. Los días anteriores son muy similares entre ambos países. Hoy en día, Argentina se mantiene debajo de la “curva” española pero manteniendo un dibujo muy similar.
Como se puede observar en el gráfico de más abajo tanto italia, como España e inclusive Sur Corea (que se destaco por manejar muy bien la crisis sanitaria), todas las curvas, es decir, la cantidad de contagiados por cada dia, crecieron de manera similar desde el dia 1 al día 6. Es entre el dia 6 y el dia 9 donde se empiezan a dar las primeras tendencias particulares de cada país. Y a partir del dia 11 ya se disparan las curvas de contagio, haciendose exponenciales o bien manteniendose en una linea más horizontal como en el caso del país asiatico. Nuestro día 11 llegara el 30 de este mes.

El virus tiene un periodo de incubación de 14 días, es decir, la persona enferma puede contagiar, pero no sufre ningún síntoma que le permita saber si posee o no el virus. En otras palabras, al terminar la cuarentena (si es que la gente la respeto) podríamos llegar a saber cuantas son las personas que han sido contagiadas, aislarlas y reconstruir sus movimientos para aislar a sus posibles contagios.
La imagen anterior que fue tomada de un artículo del MIT (Masachussets Institute of Techology) muestra justamente eso. Hay que evitar la gran cantidad de contagiados en los mismos 4 o 5 días (la curva rosada) e intentar no solo disminuir los casos, sino mantenerlos en un limite sostenido en el tiempo lo suficientemente bajo para que sea sostenible por el sistema de salud de cada país evitando su colapso.
Ahora bien, hay algunas trampas que nos deja el coronavirus sobre todo a la hora de hacer las comparaciones. Italia, país de 60 millones de habitantes tiene aproximadamente 59 mil infectados, es decir el 0,09% del total de la población. De ellos el 9% sucumbió y el 11,8% logro sanarse. En España país de 46 millones y medio de habitantes hay un total de 33 mil infectados, que es un total de 0,07%, de los cuales cayó el 6% mientras que el 10,1% se sanó.
Y hay una segunda trampa, y es que la distribución interna hacia los países no es la misma, por ejemplo, la región de la Lombardia es la que más casos tiene, pero es una región con una extensión de una provincia argentina y tiene 10 millones de habitantes; en el caso de España la gran mayoría de los casos se vieron en Madrid, Bilbao y Barcelona, tres de las ciudades más grandes. Sin lugar a duda, la densidad demográfica, cantidad alta de habitantes por mt2 es el caldo de cultivo ideal para el virus. No solo por los edificios departamentos, sino porque son ciudades con servicios de subtes, colectivos, shoppings y paseos de compra muy recurridos, etc.
El corona y la economía.
Ahora bien, que sucederá en la economía, en el mercado, en la sociedad después de la cuarentena, cuando intentemos volver al normal y al corriente de nuestros días. Pues bien, el presidente Alberto Fernandez dijo que “no me va a temblar el pulso para prorrogar la cuarentena” el día 23 de marzo. Esta bien que no le tiemble el pulso pero debería pensarlo dos veces.
No es que no priorice la salud, pero esta pandemia ha traído algunas modificaciones ha escala global y nacional que complican aún más las ya difíciles arcas estatales.
Con las medidas de cuarentena se vio una disminución (lógica) de demanda de bienes y servicios a escala global, la gente encerrada en sus casas no esta saliendo a consumir ni a gastar su dinero, esto produjo una clara disminución de la oferta. Esto conllevó a la caída de los valores en el mercado de muchas empresas nacionales e internacionales. Los empresarios han dejado de invertir ante la incertidumbre y los sectores financieros han mudado su dinero de las economías emergentes a las más estables de los países centrales. ¿En que impacta esto al país? Suben las tasas de interés por la falta de dinero disponible, en un momento en donde uno de los objetivos del gobierno hacer frente a los pagos de la deuda.
La soja salvadora está en problemas ya que su valor ha bajado más del 10% en estos días por la falta de demanda y Vaca Muerta parece que ha vuelto a estancarse por falta de financiamiento y la demanda tanto nivel local como internacional.
La cuarentena que tiene como efecto una gran disminución del consumo impacta en la caída de la demanda agregada, esto afecta o profundiza la recesión. Recesión que según algunos economistas lleva 8 trimestres consecutivos en el país. Sumado a lo anterior un riesgo país en zona de default, y una inflación presente desde hace una década. Vale la pena recordar que una recesión es una disminución en la actividad económica que impacta directamente en la capacidad de recaudar (vía tributación) del Estado. Y en medio de todo ello se debe hacer frente a los gastos nuevos del sistema de salud.
Gastos extra en salud, recesión por partida doble (la ya existente, sumada a la producida por la cuarentena), el déficit (aquel heredado de la última presidencia de C. F. de Kirchner), y un mercado global en retroceso. Un escenario realmente difícil para un gobierno que debe hacer frente a los plazos de deuda externa.
En medio de esto, gran parte de los argentinos ven con buenos ojos las medidas de cuarentena que implemento el presidente Fernández, por lo que algunas encuestadoras repuntan su imagen positiva, mientras se ven caer la de Cristina que las pocas apariciones mediáticas que tuvo fue en un contexto de su viaje a Cuba con su hija. Esto puede llegar a ser un problema interno a la dupla del presidente y vice, cuya figura fuerte en popularidad había sido Kirchner.
Cada día de cuarentena los argentinos enfrentan sus problemas y dilemas, los trabajadores privados (autónomos, monotributistas, independientes, etc), se recienten, pues un día más en la casa es una jornada perdida, y si bien están posponiendo el pago de tarjetas, luz, agua y demás servicios, en algún momento habrá que pagarlos, y nada asegura que la recuperación económica sea a la par de las nuevas fechas de vencimiento. Por otro lado, existen las inmediatas necesidades que no se pueden postergar, alimentos, pañales, etc.
Mucho podemos pensar en la cuarentena como “me quedo en el departamento/casa” pero para una gran parte de la población eso es muy distinto. La pobreza hace que las viviendas no sean para nada cómodas, carezcan de un muchos de los servicios básicos, que estén compuesta de materiales precarios, y la habiten varios miembros familiares por cada vivienda. Hacinamiento en lugares que no están para nada preparados para la comodidad o algún tipo de ocio, a ellos también se les pide que no salgan a la plaza de enfrente.
Cada día extra de cuarentena, es un día más de retroceso económico, y la economía no son solo las grandes empresas multinacionales, ellas podrán sobrevivir. Es el pequeño panadero, el médico o el odontólogo que atiende su consultorio, es el changarín que corta el pasto de los vecinos, el dueño de la PYME que dejará a trabajadores registrados desocupados.
En unos días la sociedad argentina se tendrá que debatir, se vuelve a la calle o se sigue la cuarentena. Espero que se este a la altura de llevar esta discusión de manera tolerante y civilizada.
Francisco Mazzaro
Politólogo