Autor: Francisco Mazzaro[1]
Antes que nada, me gustaría aclarar que para escribir estas líneas hable, me comunique e intercambie mensajes con muchos conocidos y amigos. A ellos les debo agradecer que hayan compartido sus perspectivas y emociones. Gracias.
Para ir a lo nuestro, hay que aclarar que una estrategia de campaña es un plan de eventos consecutivos que apunta a cumplir un objetivo. Ese objetivo depende de las capacidades reales y ambiciones de los candidatos y equipo de trabajo. Por ello un objetivo no necesariamente puede ser ganar una elección, sino hacerse conocido, acompañar una lista de candidatos legislativos, etc. Un debate un evento mas de los tantos que hay en una campaña electoral.
Pero el debate tiene un picante extra, es el único evento donde los candidatos se enfrentan a los otros y el tiempo es muy limitado para exponer sus ideas o propuestas. Es extremadamente difícil poder o intentar explicar un plan económico para Argentina en 60 segundo, aun así, si bien no pueden explicarlo por lo menos deberían enunciarlo con alguna frase atrapante y generar curiosidad para eventos o entrevistas posteriores.
Solo 3 de los 5 candidatos tienen la estrategia clara de ganar la elección, Milei, Bullrich y Massa. Bergman y Schiaretti tendrán otros objetivos que no son de mi conocimiento. En líneas generales podemos decir que todos los candidatos que participaron estuvieron bien, el problema es que ese desempeño pudo servir a alguno y no a otros.
Bergman: Tuvo toda la chispa y la pimienta que no se vio en los otros candidatos, fue protagonistas de algunos cruces interesantes con Milei cuando lo llamo gato mimoso del poder económico, y con Bullrich cuando le dijo que la gente que sale a protestar por necesidad y no porque sea un negocio. Fue coherente con sus posturas de izquierda. Sorprendió con la pregunta que le hizo a Milei con respecto a las diferencias salariales entre hombres y mujeres, a decir verdad, pareció que fue Milei tras bambalinas que le dijo “pregúntame esto”. Se la noto cómoda en todo momento ataco, se defendió y expuso con la misma intensidad, bien balanceado. En general bien.
Schiaretti: Abuso con sus referencias con Córdoba, se entiende que su postura fue mostrarse como el candidato del interior, y el gobernador con experiencia, critico en varias oportunidades el AMBA centrismo. También, expuso, ataco y se defendió con fluidez y no se lo noto incomodo en ningún momento. Casi no tuvo momentos altos de protagonismos durante el debate. En general bien.
Dentro de los claros competidores por el sillón de Rivadavia.
Massa: Fue el gran ganador de la noche, sin lugar a duda ¿Por qué? Es el ministro de economía de un gobierno que esta siendo muy cuestionado, inflación por las nubes, índices de pobreza altísimos, causas de corrupción como la de chocolate y la de un funcionario como Martin Insaurralde. Del mismo espacio político de un presidente que no aparece en público prácticamente y de una vicepresidente demasiado cuestionada, en un contexto de fuerte retrocesos electorales en las provincias. Es el gran ganador porque paso relativamente bien durante el debate. Bullrich fue la única que acertó algunos golpes, pero nadie se encargo de maltratarlo. Fue el mas acartonado de todos, fue neutro en todo momento, no presento altos o bajos importantes, se mantuvo estable, muy fiel a su estilo. En línea general bien, un poco por merito propio, otro poco porque sus contrincantes le perdonaron la vida.
Milei: El loco de la motosierra, la guardo, saco sus anteojos y parecía un estudiante de café, listo a la reflexión. Como era de esperarse tuvo su mejor momento durante el tema de la economía, pero durante educación, convivencia democrática y derechos humanos pareció uno mas del montón. No despejo dudas sobre la implementación de la dolarización o de como cerraría el Banco Central, creo que se vio incomodo cuando manifestaron que su programa de baucher solo puede ser útil en ciudades grandes que deben ser 5 o 6 en todo el país. Protagonizo algunos momentos altos con Bullrich, cuando cuestiono lo de las leliqs y cuando saco a relucir el “castometro”, diciendo quien es más casta que quien y ya advirtiendo que concesiones se harán. Aun así, fue el mas relajado, como el caballo que sabe que sale con ventaja, tenia que mantener el status quo de la situación y en cierto modo lo logro. Es raro que ninguno de los contrincantes haya intentado hacerlo enojar y hacerlo decir cosas de las que se haya podido arrepentir después. Para lo que suele ser en lo medios, sabemos que estuvo bastante contenido, en general se portó bien.
Bullrich: Creo que fue la perdedora del debate. JxC está haciendo elecciones históricas en las provincias, el radicalismo esta demostrando una gran competitividad, y si el PRO logra mantener CABA seria una de las maquinarias electorales mas importantes de todas, porque se logro construir sin las arcas federales. El problema es que cuando te respaldan tiburones hay que dejan el pato de lado. Si bien tuvo en claro que tenia que confrontar con Massa, y fue la que mas hablo de sus diferencias con el kirchnerismo, debió haber sido mas incisiva y agresiva. Su perfil se lo permite, durante las exposiciones parecía un poco incomoda, pero cuando tuvo que confrontar con otros candidatos esbozo varias sonrisas, y ahí estuvieron sus momentos altos, fue la única que fue creciendo durante el debate. También estuvo bien, pero debió haber estado mucho mejor.
Como politólogo los debates electorales son en cierto modo una especie de fetiche, es el momento donde los candidatos se pueden ver las caras, decir las cosas, exponer las flaquezas y sobre todo medir el carácter. La tranquilidad que todos demostraron y la profesionalidad fue algo que remarcable, pero hay mucho en juego, no hay un candidato en clara posición para ganar en primera vuelta y se esta rifando en segundo lugar para entrar en ballotage, y hablamos de la presidencia de un país de estructura presidencialista. No me refiero a que deberían golpearse físicamente, pero las criticas y las exposiciones deben ser mucho mas marcadas y firmes, sin caer en la vulgaridad, pero hay demasiado para apostar y todo se termina en un par de meses. Matar del aburrimiento a los espectadores no es una opción, no se pueden permitir otra vez esta sensación que nadie dijo nada.
[1] El autor es politólogo graduado en la UNR, ejerce actualmente como asesor y consultor político en la provincia de Corrientes y Chaco.